Voces - Carolina Concha-Arriagada

Entrevista a Carolina Concha-Arriagada, Profesora Asistente en la Universidad de Columbia.
Esperamos les guste esta entrevista y se inspiren con su historia.
Antes de estudiar el doctorado en Georgetown, hice mi maestría y pregrado en Chile, donde nací. El pregrado fue en la Universidad de Santiago de Chile (USACH) que es una universidad estatal, ahí estudié ingeniería comercial con mención economía. Luego hice una maestría en economía en ILADES (Instituto Latinoamericano de Doctrina y Estudios Sociales), en la Universidad Alberto Hurtado (UAH).
Creo que es importante mencionar acá que mi trayectoria es poco convencional. Estudié en un liceo técnico antes de ir a la universidad y en mi familia nadie fue a la universidad antes que yo, solo por mencionar dos aspectos, por lo que una carrera de investigación o académica no era algo que yo tuviera en mente sino hasta bastante avanzada mis estudios.
Hay probablemente dos momentos bien importantes que me llevaron a hacer una cerra en investigación. Primero, cuando ingresé a mi pregrado y comencé con las materias de economía, de cierta manera me di cuenta que me hacía “mucho sentido” como se pensaban las cosas desde esa área por lo que me iba bastante bien; eso me abrió las puertas a hacer bastantes ayudantías y algunos trabajos como asistente de investigación. Luego, durante mi maestría mis profesores que tuve ahí vieron potencial en mi y comenzaron a mencionar los de hacer un doctorado, y me ayudaron a tomar trabajos de ayudante de investigación más serios con ellos u otros docentes.
Mi experiencia en Georgetown fue una de las mejores experiencias de mi vida. Tuve la suerte de tener los excelentes profesores guías e hice muchos amigos de cortes más viejas que fueron la familia que no tenía acá en Estados Unidos. Siempre que me preguntan, digo que volvería hacer mi doctorado en el mismo lugar, porque cambió mi vida. Dicho eso, hubieron varias dificultades que hicieron el camino más duro.
La primera gran dificultad incluso durante las aplicaciones fue mi limitado inglés. Yo estudié toda mi vida en colegios públicos en Chile, que no se caracterizan por enseñar inglés. La USACH tampoco ayudó a mejorar ese aspecto. Creo que ese limitado inglés no solo afectó a los lugares que podía aplicar para mis doctorados, pero también mi confianza. Durante el primer año nunca hice preguntas en clases, no porque no las tuviera, más bien por miedo a no ser entendida.
La segunda gran dificultad fue la muerte de mi abuelo, quien junto con mi abuela ayudó a mi madrea a criarme, durante el tercer año del doctorado. Su muerte pasó justo al inicio del COVID, por lo que yo no pude estar con él ni con mi familia durante ese proceso bien doloroso.
La tercera gran dificultad fue el estrés que generó no tener financiamiento garantizado durante el último año del doctorado (Georgetown fiancia 5 años y yo me gradué en 6 años). Por suerte postulé a fondos externos y gané la beca de la National Academy of Education para disertaciones, sin eso creo que hubiese sido todo muchisimo más dificil incluso graduarme.
Creo que tengo la suerte de tener varios mentores. La más importante, sin duda alguna, es mi directora de tesis del doctorado, Garance Genicot. Durante mi doctorado, Garance no solo tomó el tiempo de guiarme para mejorar mis investigaciones, de empujarme a tomar riesgos y a hablar con otros profesores, aunque estuviera intimidada. También me enseñó cosas importantes en la academia que están más ocultas (el hidden curriculum) y como balancear mis estudios con mi vida personal. Sin Garance como advisor, jamás hubiera llegado donde estoy, ella siempre me empujo a pensar en grande sin dejar de tener los pies en la tierra.
Ahora que soy académica acá en Columbia he sido afortunada de agregar a mis mentores personas como Alex Eble, Judy Scott-Clayton, Liz Ananat, Sandy Black y Kiki Pop-Eleches. Ellos han vitales en mi primer año como profesora, dándome consejos como manejar las expectativas de la profesión en términos de investigaciones (y otros), las preparaciones de clases, a los estudiantes y ayudantes de investigación.
Esto es una pregunta difícil porque no hay una receta mágica. Por lo cual lo que diga ahora es lo que me resultó a mi, y que puede ser (o no) relevante para otras personas con historias similares.
Pienso que hay tres cosas que son bien importantes: ser resilientes, metódicos y creativos. Muchas veces en las investigaciones es difícil ver avances, esto hace que uno se desmotive por momentos y que busque empezar cosas nuevas que son menos tediosas y más emocionantes. Ahí la importancia de ser resilientes y metódicos. Ahora, para empezar nuevas investigaciones y muchas veces para avanzar cuando algo es diferente a lo esperado en las que ya están en proceso se necesita bastante creatividad.
Creo que durante el doctorado es importante priorizar las propias investigaciones, participar de seminarios y hablar con profesores desde el año dos. Algo importante de asistir a seminarios es que logras ver, como gente que lleva más tiempo en la profesión piensa y que tipo de preguntas hacen, eso ayuda mucho a desarrollar un instinto para lo que es importante tener claro luego cuando tu presentas.
Finalmente quisiera agregar que, claro que hay gente que nace con una habilidad innata para ser buenos investigadores, el 99% restante (donde me incluyo) trabajamos duro y hacemos lo mejor que podemos. Recordar que el trabajo duro va a ser rentable, es algo importante durante el doctorado, especialmente porque hay días que es difícil verlo.
Una cosa que fue bien diferente luego de salir del doctorado fue no tener las reuniones semanales con mis advisors, las que no solo me daba limites claros en terminos de fechas, sino que me ayudaban con las pequeñas dudas que a veces temenos y que solos nos demoramos más en constestar. Creo que después del doctorado hay un shock a pensar que ya no podemos tener más dudas así, y esa mentalidad hay que cambiarla conciente y consistentemente.
La experiencia del postdoctorado fue super enriquecedora para mi. Trabajar con Michael Kremer, dada mi historia, fue algo que nunca se me pasó por la cabeza y de la cual aprendí muchismo. Ademas de eso, trabajar con él abrió muchas puertas para mi, especialmente a la hora de iniciar nuevas investigaciones en República Dominicana. Hoy temenos 4 investigaciones andando donde trabajamos codo a codo con el ministerio de educación, eso no hubiese sido posible para sin mi postdoctorado.
En términos de cambios en mi forma de trabajar y estilo de vida, nada ha cambiado mucho. Siendo profesora asistente las horas de trabajo son más o menos las mismas, solo que ahora uno debe distribuirlas en cosas que no están relacionadas a las investigaciones, como reuniones departamentales, de profesores, servicio a la universidad, preparación de clases, etc.
Mi investigación está centrada en la intersección entre educación, mercados laborales y movilidad social en Latinoamérica. En este momento tengo investigaciones en Chile, Perú y Republica Dominicana. En general, a través del análisis de datos y teoría, combinado con colaboraciones con gobiernos y actores relevantes, busco contribuir al diseño de políticas que no solo reduzcan las disparidades sociales, sino que también promuevan un desarrollo inclusivo en contextos desfavorecidos.
En terminos generales mis projectos actuales se pueden clasificar en dos líneas de investigación. Una linea de investigación está asociada a la movilidad educativa. En particular, cómo los sistemas de admisión universitaria determinan los incentivos y comportamientos de los estudiantes de secundaria. En segundo lugar, me interesa la evaluación de programas desarrollados por gobiernos que tienen el potencial de mejorar el bienestar de estudiantes y sus familias. Actualmente estoy trabajando en evaluar 4 programas elaborados por el gobierno en Republica Dominicana. En uno de ellos, por ejemplo, buscamos reducir las conductas riesgosas en las relaciones sexuales de los adolescentes afectando su excesiva confianza en la abilidad que tienen para escoger parejas a su edad y como eso afecta como ellos reciben y perciben los programas de educación sexual desarrollados en las escuelas. Este proyecto tiene un gran potencial dado que es costo-efectivo y, de encontrar evidencia favorable, puede ser incorporado en otros tipos de programas similares.
Ser profesora acá en Columbia ha sido una tremenda experiencia. Estoy completamente agotada pero feliz al mismo tiempo.
Algo que me parece bastante único acá es que hay muchos economistas haciendo educación y temas relacionados en las distintas escuelas de Columbia (Negocio, Educación, Barnard, y Economía) y todos participan muy activamente de los seminarios. Dada esa estructura, he tenido la suerte de interactuar con muchos colegas seniors (y juniors), lo que me ha enseñado mucho. Además todos están muy abiertos a ayudar a los colegas juniors ha desarrollar sus carreras. Tener colegas que crean tan buenas redes de apoyo ha sido fundamental para mi.
Creo que existe un acuerdo en la academia sobre la necesidad de basar políticas publicas en evidencia empírica. Trabajando con gobiernos me he dado cuenta que algo que razona con ellos es la idea de que basar sus políticas en evidencia empírica los ayudará a usar los recursos limitados que tienen de la manera más eficiente. Adicionalmente, cuando los gobiernos tienen la necesidad (política o contractual) de realizar los programas de forma recurrente, algo que los gobiernos con que he trabajado han valorado es la capacidad de aprendizaje que tienen para las versiones siguientes de los mismos.
Creo que la academia latinoamericana está haciendo enormes esfuerzos para mejorar la paridad de genero y enfocarse en realizar investigaciones de alto nivel. Eso es algo que está pasando en varios países, como es Colombia, Chile, México y Brasil. Aun así, pienso que aun hay mucho por hacer.
Creo que sigue habiendo un problema de representación, especialmente de mujeres que vienen de sectores más vulnerables, ya sea por su color de piel, normas sociales en sus países de origen, o ingresos económicos familiares quienes siguen siendo las mínimas en la academia.
Esta es una pregunta difícil, porque no conozco suficiente evidencia para decirte “hacer X” va a permitir que más mujeres estén en la academia. Sin duda entender que las restricciones para hacer una carrera académica son diferentes para mujeres que hombres es un gran paso, e incluir esas diferencias al momento de evaluar y de ofrecer posiciones a las mujeres (la pandemia nos mostró más crudamente esas diferencias). Lo primero siempre va a ser que los términos laborales (salarios, bonos y beneficios) sean lo más justo posible y que se consideren las diferentes restricciones y costos que tienen las mujeres a la hora de evaluarlas en sus carreras académicas.
Creo que un cambio cultural es necesario y que se está dando paso a paso para reducir las conductas abusivas que afectan desproporcionalmente a las mujeres. También creo importante que las “pioneras” de estas reducciones en las brechas de género en la academia no se lleven toda el costo de esto. Lo que quiero decir es que cuando eres la única mujer en un departamento académico, lo más probable es que te toque participar de todos los eventos para mostrar equidad, eso puede ser un problema porque luego las evaluaciones son en términos de productividad académica y estas actividades toman bastante tiempo y energía. Entonces aumentar el número de mujeres en los departamentos es vital, y proteger el tiempo de las mujeres que ya están en esas posiciones (y las que se van a incorporar) para que puedan hacer sus investigaciones me parece importante.
Creo que existen varios recursos online que pueden ayudar mucho mejor que mi opinión a los estudiantes que buscan hacer una carrera de investigación. Algo que si estoy segura, es que es importante que tengan experiencia como ayudantes de investigación y que logren tener cartas de recomendación de académicos que puedan hablar sobre su potencial.
Adicionalmente creo que es importante que durante el doctorado no se olviden de porque están haciendo la carrera de investigación, que es lo que los apaciona de ella y porque decidieron seguir este camino.
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