Voces - Marcelo Ortiz Villavicencio
Entrevista a Marcelo Ortiz Villavicencio, Estudiante del Doctorado en Economía en la Universidad de Emory.
Nací y crecí en Guayaquil, Ecuador. Realicé mis estudios de pregrado en la Escuela Superior Politécnica del Litoral (ESPOL) donde me gradué en 2019 del programa de Economía. En el 2021 me gradué del programa de Maestría en Ciencias Económicas ofrecido por ESPOL. A la par, mientras estudiaba mi maestría, empecé en el mundo laboral, donde tuve la oportunidad de trabajar como Científico de Datos en algunas empresas de tecnología referentes en la región. También en 2021 colaboré como Consultor de Investigación en un proyecto del Banco Interamericano de Desarrollo relacionado al impacto de las políticas de mitigación del COVID-19 en el desarrollo económico.
Siento que siempre traté de ser buen estudiante y disfrutaba mucho aprender cosas nuevas. Cursos como Cálculo, Álgebra Lineal, Estadística o incluso Programación eran de mis favoritos porque me encanta resolver problemas. Sin embargo, siempre me preguntaba en qué podía aplicar estos conceptos o para qué iban a ser útiles en mi vida. Luego, casi a la mitad de la carrera, tomé mi primer curso en Econometría y eso fue un punto de inflexión.
Disfruté mucho de este curso porque sentí que por fin podía aplicar conceptos que había aprendido en cursos previos a problemas o preguntas interesantes en economía. Después de este curso, tomé Econometría II donde básicamente cubrimos tópicos relacionados a inferencia causal. Tuve la suerte de que el profesor que dictaba ese curso, y quien luego fue mi mentor, nos compartía sus investigaciones a medida que íbamos aprendiendo las herramientas del curso. Recuerdo incluso que replicamos varios papers publicados en top journals en economía y era muy divertido ver cómo las herramientas que aprendíamos en clase eran aplicadas para responder preguntas empíricas interesantes. Esto sin duda despertó mi interés en hacer investigación pero tenía mis dudas. Finalmente, mi mentor me convenció de seguir el programa de maestría en ESPOL, el cual, a pesar de ser relativamente nuevo, está diseñado para ser la transición entre el pregrado y el doctorado. Aquí tuve la oportunidad de tomar cursos más avanzados y escribir una tesis, y creo que esto fue muy importante para darme cuenta de que seguir una vida académica era una posibilidad.
Cuando finalicé la maestría, sabía que el siguiente paso era el doctorado. Sin embargo, en esa época el camino hacia ese objetivo era muy incierto todavía para mí. Decidí esperarme un año más y seguir ganando experiencia en el mercado laboral. En ese entonces sentía que, a pesar de tener una licenciatura en Economía y una maestría, todavía no estaba preparado para el doctorado. De hecho, este sentimiento es muy común entre los estudiantes, y muchos lo experimentan incluso cuando ya están cursando el programa. Durante ese año apliqué a varios predocs en Europa y en EE. UU., y tuve la oportunidad de quedar para realizar una consultoría de investigación en el BID con Juan Pablo Chauvin, y creo que eso me dio el último empujón para decidirme a aplicar.
Personalmente creo que hay varias competencias más allá de las técnicas que son muy necesarias para el trabajo de investigación, y que a veces uno deja de lado por enfocarse en fortalecer su background académico. Por supuesto, la curiosidad y deseo de aprender cosas nuevas son fundamentales en todo investigador.
Creo que estas características juegan un rol, cuando pasas de ser un consumidor de literatura a ser un productor y ejecutor de ideas. Sin embargo, considero que la tolerancia al fracaso, habilidades comunicacionales, y el networking son importantes en todas las etapas del proceso de producción de una investigación. Networking porque necesitas saber interactuar con personas que potencialmente se pueden convertir en coautores; habilidades comunicacionales porque hay que saber escribir y presentar nuestras ideas considerando los diferentes tipos de audiencias a los cuales podemos estar expuestos; y tolerancia al fracaso porque es parte fundamental del proceso. Aunque suene cliché, desarrollar una mentalidad que no es reacia al fracaso, sino que lo ve como parte del proceso, te permitirá sobrellevar de mejor manera las situaciones que se presenten a lo largo de tu vida académica.
Mis intereses de investigación al día que escribo esta entrevista se centran en el desarrollo de metodologías dentro de la intersección entre Inferencia Causal y Aprendizaje Automático. Siendo específico, estoy interesado en la identificación, estimación e inferencia de efectos heterogéneos considerando tratamientos no binarios. Existe una amplia literatura estudiando efectos heterogéneos cuando tienes un tratamiento binario, pero, ¿qué pasa cuando el tratamiento toma múltiples valores o incluso valores continuos? Lo que típicamente se ha hecho es considerar un marco de regresión con transformaciones paramétricas de la variable tratamiento. Estamos tratando de relajar esto y trabajar bajo un marco no-paramétrico (también conocido como aprendizaje automático). Desde el punto de vista empírico, esto permitiría medir, por ejemplo, el impacto del número de horas de entrenamiento (que por supuesto es no binario) de una persona en el ingreso salarial condicional a características demográficas que puedan tener los trabajadores. ¿Es el entrenamiento más eficiente en trabajadores jóvenes? Este es el tipo de preguntas que potencialmente podríamos responder con esta metodología.
Al ser estudiante internacional creo que una de las cosas más duras ha sido estar lejos de casa, viviendo en un país con otra cultura y otras costumbres. Sin embargo, creo que esto se va compensando cuando haces nuevos amigos que también vienen de distintas partes del mundo y que están luchando por el mismo objetivo que tú. Asimismo, el idioma creo que es una barrera importante a superar. Por ejemplo, como hablante no nativo siempre me toca practicar más mis presentaciones/entrevistas porque no tengo la facilidad de improvisar con “small talks” como lo haría un hablante nativo. De hecho, en el proceso de entrevistas recuerdo que creaba un banco de preguntas y respuestas potenciales y las practicaba una y otra vez. Sin embargo, creo que es una habilidad que vas mejorando a medida que haces más presentaciones. Las habilidades comunicacionales son importantísimas en todo aspecto de tu vida profesional y personal.
El programa de doctorado en Economía en Emory ha estado creciendo a ritmos acelerados en los años recientes. Cada año, más estudiantes aplican al programa y, paralelamente, se contratan más profesores en varios campos. Esta situación, junto con el buen ambiente y compañerismo ya existente en Emory, crea una atmósfera perfecta para la investigación. Esto sin duda te impulsa a mejorar, aprender y querer producir más. Entonces creo que efectivamente han cambiado varias cosas en mí desde que entré al programa, y ahora estoy en esa transición un tanto rara en la cual comienzas a cuestionar el trabajo hecho en la literatura y cómo puedes contribuir con nuevas ideas. Creo que esta etapa es un punto de inflexión para todos los que cursamos un doctorado y que para algunos puede resultar un tanto confusa, pero es aquí donde el expresar tus ideas y recibir feedback de tus profesores y pares te ayuda a sobrellevar esta etapa, y en este aspecto, Emory proporciona un ambiente propicio.
Creo que a lo largo de mi vida estudiantil han habido varias personas que me han ayudado en el camino y por cual estoy muy agradecido. Corriendo el riesgo de ser injusto con todas esas personas, creo que podría mencionar a Gonzalo Sánchez, Leonardo Sánchez, José Gabriel Castillo y José Luis Castillo, todos de ESPOL. Recientemente en Emory, podría mencionar a David Jacho y Pedro Sant’Anna.
A menos que desde muy joven hayas estado expuesto a la vida académica a través de tu familia o allegados, creo siempre es bueno conocer cómo es la vida académica desde muy temprano. Esto te ayuda a darte cuenta si es lo que te gusta y, en caso afirmativo, te permite adelantarte en varios aspectos, fortaleciendo así tu aplicación final. Sin embargo, este no fue mi caso, y tampoco lo es para muchos aplicantes que venimos de LATAM. De hecho, muchos de nosotros somos la primera generación de PhD en nuestras familias y gradualmente aprendimos lo que implica una carrera en investigación a través de nuestras experiencias con profesores e instituciones. Si hubiese tenido un panorama más claro en este aspecto, creo tal vez hubiese aprovechado mejor el tiempo y los recursos con los que contaba, aunque no sé cuál hubiese sido el contrafactual, la verdad.
Afortunadamente, contar con un doctorado en economía te abre muchos campos más allá de la academia. Existen muchas empresas e instituciones contratando PhDs en Economía para resolver problemas relevantes fuera del aspecto académico. Personalmente, antes de iniciar mis estudios doctorales, trabajé en la industria tecnológica como Científico de Datos y creo que fue un tiempo donde me divertí y aprendí mucho. Obviamente, es una dinámica totalmente diferente a la academia, donde en la industria a menudo se sacrifica el rigor científico por practicidad. Sin embargo, al final creo que en ambos escenarios la principal ventaja comparativa es la solución de problemas y su correcta comunicación, y esas dos cosas son justamente para lo que te prepara un doctorado. Aún no sé lo que depare el mercado (me quedan unos cuantos años), y aunque mi prioridad es la academia, creo que ir a la industria es una opción que no descartaría.
Definitivamente podemos palpar estos problemas estructurales solo viendo la poca representación que tienen los latinos en programas doctorales y la profesión en general. No considero que sea por falta de preparación, al contrario, en mi experiencia, en promedio un estudiante de Latinoamérica viene en iguales condiciones (en términos de preparación académica) que los nacionales o personas de otras regiones al momento de iniciar el doctorado. Entonces considero más bien que se trata de falta de acceso a información y oportunidades.
En ese sentido, programas como el de Emory están haciendo una labor de reclutamiento excelente, dando a conocer las oportunidades que uno puede acceder al realizar un doctorado y motivando a estudiantes de regiones que han sido pobremente representadas históricamente a aplicar a estos programas. No obstante, para realizar un cambio estructural también creo que es importante lograr un compromiso social por parte de los que han logrado salir y estudiar el doctorado hacia las nuevas generaciones de estudiantes. Algunos países de la región como Brasil, Chile o México lo tienen muy claro, pero aún hay espacio de mejora para los demás países donde también hay un gran talento.
Creo que un componente fundamental para iniciar tu camino hacia una vida académica son tus profesores/mentores. Gracias a la virtualidad, ahora estamos a un email o zoom de distancia. Mi consejo sería siempre mostrar predisposición a aprender y recibir consejos de tus profesores. Hazte notar, escribe, pide reunirte, conversa de tus objetivos, muestra disposición a colaborar en proyectos, etc.
Esto habla muy bien de ti y te ayudará a construir una relación profesional con tus profesores. Recuerda que ellos son los que escribirán tus cartas de recomendación y muy seguramente estarán dispuestos a ayudarte. Personalmente recuerdo que cuando estaba en el proceso de postulación revisaba los perfiles de los estudiantes latinos en los programas a los que estaba aplicando y les escribía para pedirles consejos. No dudes en hacer esto, generalmente siempre están predispuestos a darte consejos que te pueden ayudar.
–
- Correo electrónico: marcelo.ortiz@emory.edu
- Twitter: @Marcelortizv
- LinkedIn: Marcelo Ortiz Villavicencio
Para cualquier comentario o sugerencia sobre esta sección de EconThaki, nos puedes escribir al correo: contacto@econthaki.org